viernes, 2 de mayo de 2014

Coloquios nocturnos en Jerusalen (Martini Carlo)

El autor Carlo Maria Martini es  teólogo Jesuita con gran prestigio por sus obras dentro y fuera de la iglesia. El texto de Martini responde preguntas y problemáticas para la fe y la iglesia con respecto al ser humano según su perspectiva actual.
En este capítulo VI “por una iglesia abierta”, rescata la comunicación con todos, sean creyentes o no, jóvenes o ancianos, para que como comunidad de fe cristiana esto nos conduzca a una restauración paulatina de prejuicios o defectos internos. No debemos obstaculizar el dialogo. Esto es lo que subraya en cada una de sus respuestas. Debemos dar la importancia de ella en el  mundo actual, por la pluralidad inmensa y los cambios sociales que han llegado con el tiempo para que de esa forma los retos que la fe propone, de a pocos sean sobrepasados. De esa forma la iglesia y el ser humano no se opondrán en sus valores más importantes. El Concilio del Vaticano fue una representación en su época de la valentía de muchos para aceptar las limitaciones que nos ponía a la iglesia y la necesidad de busque para producirlas. Al final puedo decir que el autor cree importante un cambio necesario acorde a la sociedad mediante un dialogo abierto y respetuoso. El cual el único objetivo sea hacer de la iglesia y el mundo una convivencia pacífica. 

En mi opinión la iglesia como organización dirigida por seres humanos se encuentra llena de defectos y para que esta sea abierta en general falta mucho. Tengo fe de que pasara, lo que no puedo aceptar es la paciencia en que llevan los temas más actuales. Las preocupaciones que nos acongojan a los creyentes nos separan constantemente por las lentas decisiones de nuestros guías “espirituales”. Solo son unos pocos las personas que pueden dar a tu corazón las respuestas espirituales que necesitas oír. Y son ellos los únicos valientes que se encuentran escondidos o maldecidos por buscar dichos cambios. La juventud olvido la fe porque esta no se supo colocar en la vida cotidiana. Y así para muchos se terminó por separar la espiritualidad y la realidad, predicación y acción. El Concilio del Vaticano II y la iglesia aún tienen muchos desafíos que afrontar antes que otro concilio se vuelva a iniciar. Esperemos que  la iglesia no agote el amor humano he imperfecto por Dios de algunos creyentes. Con lo que por mí respecta la debilidades de la iglesia no me separar del amor inmenso a Dios a mis semejantes, sean homosexuales, judíos, ricos, etc. Sera el cambio personal y las acciones de las masas que impondrán.

R.M.E.P.