domingo, 4 de mayo de 2014

El trau-ma de un hijo

Ya que estamos en por celebrar el día de las madres recordare el problema que todos los hijos tenemos y que cargamos. Recordando claro que todos somo hijos de alguien mas. Eso de que a mi no me paso y jamas lo pregunte o me lo pregunte no me lo creo. Quizás el niño Jesús sea al único que no le haya pasado. 

“Yo no lo quiero más a el que a ti, yo quiero a mis hijos por igual.” Frase que todos hemos escuchado en nuestra niñez como respuesta a la pregunta a quien aman más nuestros padres. La palabra “preferir” quizás sea más correcta que “querer” a mi parecer. Cuando crecí esa pregunta ya no se limitaba al querer. Entendí que mi madre prefería pasar su tiempo con mi hermano por la afinidad de carácter y gustos que tienen en común. Era difícil competir con ello. Así que deje de luchar con lo que no podía cambiar, mi personalidad.
  
Ahora en un voluntario que realizo con niños de diferentes edades esas misma problemática se me presento. Los niños están muy despiertos a las reacciones que tengo con los demás. Si te despides de una manera especial con otro niño, si le das muestras de cariño al otro, en general se fijan en las diferencias que puedas tener con los demás. Eso es lo mismo que pasa con una familia con más de un hijo. Esperamos que los padres nos traten de manera igual a todos hijos. Claro eso no pasa en realidad. Una amiga con más experiencia en el trabajo con niños me plante una respuesta a cómo abordar el problema de desigualdad. Ella dijo: “Es difícil no sentir afinidad más cercana por un niño que por otro, pero debemos de ser iguales con nuestros practica”. Entendí que ella se refería a lo que los niños pueden ver. Si con uno me despedía con un abrazo a todos debía abrazar, si a uno le daba un objeto a todos debía de hacerlo. Era la mejor política en esos casos.


En general no culpo a mi madre por preferir a mi hermano, obviamente hubiera deseado que en mi niñez no hubiese hecho tantas diferencias pero es de padres errar. Ahora que soy mayor también entiendo que esas diferencias responden a las necesidades diferentes de cada uno. Pero creo que debió ser equitativa hasta una edad que sea medianamente independiente. Solo un consejo para mí cuando sea algún padre de familia. Si le tiendo la cama a un hijo le tenderé la cama a los demás, sea que uno tenga una vida ocupada o que el otro sea más flojito. 


OJALA QUE LA GALLINA NO OLVIDE QUE UN DÍA FUE POLLO

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