viernes, 14 de septiembre de 2012

El Control Vertical de un Máximo de Pisos Ecológicos (Jhon Murra 1975)


El estudio en Huánuco, basado en la visita de Iñigo Ortiz, confirmo la fuerza del factor ecológico  en el desarrollo de las civilizaciones andinas. La percepción y el conocimiento que el hombre andino adquirió de sus múltiples ambientes naturales a través de milenios le permitió combinar tal variedad en un solo macro-sistema económico al que llamaremos “control vertical de un máximo de pisos ecológicos”. Esto expone la existencia de una verticalidad en la época antigua del cultivo de pisos situados a diferentes alturas.
La idea de autosuficiencia en la antigüedad era el control de áreas con recursos que no se daban en la zona nuclear, un ideal andino compartido por etnias distantes geográficamente entre sí, y distintas en su organización económica y política.
El concepto de archipiélago e islas en el texto es para referirnos a la salpicada distribución de las colonias andinas en donde estos no ejercían soberanía política en los territorios intermedios sino un control directo referente a ellas mediante el cual los recursos del lugar servían de tributo.
El núcleo poblacional monoétnico, en donde se encuentra la mayor población en comparación a sus colonias, es la sede del mando “político”. Estos estaban ubicados a una distancia prudente de sus islas. Además para llevar a cabo el cultivo en las distintas islas se instalaban colonos, estos representantes no perdían sus derechos al habitar fuera del núcleo permanentemente. En estas islas no están presentes un solo grupo étnico sino eras zonas multiétnicas que siempre se encontraban en constante tensión, aun así todos respetaban la propiedad del otro.
Murra nos ofrece cinco posibles casos de control simultáneo de pisos o islas ecológicas  bajo condiciones muy distintas entre sí.
Primer caso: Etnias pequeñas de Chaupiwaranqa, en la zona más alta del Marañon y Huallaga.
En Huánuco el grupo pequeño étnico Yacha o Chupaychu de 500 a 3000 unidades domesticas. Su núcleo poblacional y poder se ubicaban en Chaupiwaranqa, que a la vez eran centros de producción de alimentos básicos como maíz y tubérculos, se encontraron en le alto del Huallaga y núcleos como Cauri, en el alto del Marañon.
Sus colonias fueron pequeñas y no estaban a más de 3 o 4 días de camino del núcleo. De sus islas explotaron la sal, pastaron a sus rebaños, cultivaron algodón, ají, maíz, trigo, maní, zapallo, camote, cachcao, coca, miel; y de los bosques se uso la madera para hacer platos y vasos.
Segundo caso: Etnias grandes, verdaderos reinos altiplánicos, con núcleos en el lago Titicaca. 
En Chuquito el grupo grande étnico Lupacas de habla aymara con 20000 unidades domésticas, es un síntoma de profundos cambios económicos y políticos por la gran cantidad de habitantes comparándolo con el primer caso. Esto origino una mayor movilización de colonos fuera del núcleo y mayores distancias, de 10 a 15 días.
Sus núcleos poblacionales se ubicaban a los 4000 m. de altura y sus colonias periféricas se ubicaban tanto al oeste, en los oasis e islas del Pacifico, sus moradores eran aun considerados pertenecientes a núcleo y solo se puede suponer que quizás hayan conservado sus derechos en la étnia de origen.
Las islas ofrecían al núcleo los recursos nombrados en el primer caso, además de la recolección de guano y productos marinos en los valles de la costa del Pacifico. También cabe mencionar que en estas islas podían dedicarse a tareas especializadas para hacer ollas y plato.
Introducción a los casos 3 y 4:¿Es aplicable el modelo del “archipiélago vertical” a sociedades andinas cuyos centros políticos ejercían su influencia desde la costa? 
María Rostworowski expresos sus dudas de mecanizar este modelo a todo el universo andino porque bien pude haber limitaciones temporales o andinas. Por indagaciones arqueológicas se sabe que hubo reinos que controlaron hasta 10 o 12 valles paralelos, máximo: en este caso el control se ejercía longitudinalmente, a lo largo de la costa. Aun así es apresurado afirmar por la insuficiencia de fuentes escritas que traten de la costa tal modelo.
Tercer caso: Etnias pequeñas, con núcleos en la costa central. 
Por parte de un Litigio en la Audiencia de Los Reyes (1559) se recogen los alegatos de una disputa entre dos etnias serranas − “los de Canta” y “los de Chacalla” – y una costeña ,“los de Collique”, por un territorio a unos de la costa(se cultivaba coca, ají y fruta). Aun así los tres grupos estuvieron de acuerdo entre sí que antes habían sido de los señores de Collique. El acceso a esta chacra requería protección militar debido a la presión serrana.
El trueque fue usa como un tipo de intercambio realiza entre las diversas colonias y el núcleo.
No se puede verificar si la gente enviada desde Collique seguía manteniendo su participación social y sus derechos en la costa (condición indispensable del modelo). Y si había control directo o control político en los Valles serranos.
Cuarto caso: Grandes reinos costeños.
Son grandes reinos de la costa norte de étnias poderosas con cientos de miles de habitantes.
En este caso la existencia de “archipiélagos” en otro sentido: valles regados, alineados en la costa del Pacifico, separados unos de otros por desiertos, formaban conjuntos, “reinos y confederaciones” de origen local o serrano. Aun no se ha comprobado, en la serranía, la existencia de colonias permanentes a través de las cuales las sociedades costeñas tendrían acceso a distintos recursos en todo caso esto queda como solo hipotético.
Julio C. Tello nos dice de la existencia de posibles “islas” establecidas en los valles de la costa norte por núcleos serranos como Chavín.
Los Reichlen notaron también el fenómeno complementario, de colonias cajamarquinas, post-Chavin pero pre-incaicas, en la costa.
Carrera con datos lingüísticos realizo una lista de pueblos donde hablaba lengua “yunga” en 1644, mencionó algunos, en el corregimiento de Cajamarca.
Antonio Rodriguez Suysuy basándose en ferias que todavía existían hacia 1940 ha sugerido que en el pasado hubo un movimiento inter-regional que permitía un intercambio de productos entre la costa y la sierra.
Kosok plantea preguntas ¿por qué no se describe tal comercio, o se mencionan mercaderes en la mayoría de las crónicas? De la existencia de tributo, ningún cronista menciona el hecho de que los Chimú dominaron de manera permanente territorios en la sierra. La solución a este dilema fue suponer que hubo “tratados comerciales” con los reinos serranos aliados.
Murra propone un intercambio entre la costa norte y la sierra pero a base de colonias periféricas permanentes establecidas por los centros de poder costeño en la sierra y viceversa. El vaivén entre las islas y los núcleos ocurría en el interior de una sola sociedad, un solo archipiélago.
Quinto caso: Etnias pequeñas, con núcleos en la montaña, aparentemente sin archipiélagos. 
En este caso en contraste con los demás casos, los moradores del lugar niegan todo acceso a recursos que no fueran de su región. Se trata de 200 unidades domesticas en las yunga de La Paz. 
Son conocidas históricamente por que controlaban extensos cocales, además de la producir para su propio sustento.
Es posible que la presencia de estas colonias serranas sirviera de puente cuando las presiones para aumentar la producción fomentaron la importancia de la mano de obra.
Ellos cultivaban alrededor de sus casas y pueblos. Todos los moradores, inclusive los señores y sus yana tenían las suyas.



Mi Comentario:
Si el modelo presentado por Murra se caracteriza por no ejercer soberanía o control político militar a sus enclaves o islas ¿Cuál es el beneficio de los que habitaban en las colonias, al dejar que otros tomen parte de “su” territorio? ¿Los tributos eran realizados por los colonos solamente o  los del núcleo les ofrecían algo también? ¿El “trueque” o “intercambio” es aun una posibilidad? Quizás en las zonas de la costa el intercambio sea más factible que en la sierra, aun así creo que para que las poblaciones andinas serranas hayan crecido tanto y mas que en la costa tiene que haber habido un tipo de comunicación y con ello un intercambio tanto de productos como de cultura.
Sobre la investigación y análisis de Murra es importante recalcar que sus hipótesis sobre la de un posible núcleo poblacional en costa está aun sin comprobar por falta de fuentes escritas; por ello como Rostowowroshi expreso, es apresurado tratar de generalizar este modelo de carácter político económico a toda comunidad andina. Además, ella plantea que, más que verticalidad, prima más el concepto de diversificación y un sentido de horizontalidad en la distribución anual de las tierras permitiendo que los campesinos accedan a una variedad de suelos y por lo tanto de cultivos.
Waldemar Espino sostiene, que el sistema de enclaves ecológicos que disfrutaban muchas étnias serranas redujo notablemente sus intercambios comerciales ya que se esforzaron por obtener un estado de autarquía sin depender de intermediarios, con esto se reduciría algún ideal de comercio o trueque que pudiese haber en la sierra. En cambio, esto no pasaría en los reinos y señoríos costeños que no contaban con enclaves en pisos altos y que alcanzaron un alto grado de diversificación y especialización artesanal que les permitía obtener con el comercio terrestre o marítimo todos los bienes que necesitaban.
Con la llegada de los españoles comercio es mas notorio, aunque hay descontento como el caso de la disputa del cocal y vender su acceso por 200 auquénidos. Posiblemente el hecho de vender o intercambiar algo no era una practica común ¿entonces para conseguir territorios si usaban poder militar? ¿eso quiere decir que el modelo no es funcional en este caso?

Esto es un resusmen de una parte del libro "Formaciones economicas y politicas del mundo andino" por Jhon V. Murra 1975  capitulos 4 y 5


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